Todos los bebés lloran: por hambre, por un pañal lleno o por incomodidad, por ejemplo. No obstante, muchos bebés lloran sin motivo aparente. Este llanto excesivo recibe a menudo el calificativo de cólicos del lactante.
Los cólicos del lactante, sin embargo, no son cólicos en el sentido propio del término. Desde el punto de vista médico, se consideran periodos prolongados y recurrentes de llanto, agitación e irritabilidad del bebé que no tienen un motivo aparente y que sus cuidadores no pueden prevenir o solucionar.
A menudo se producen durante los primeros meses tras el nacimiento. Se estima que en torno al 20% de los bebés los sufren.