Miltina PROBALANCE® 3
Nuestro preparado lácteo de crecimiento para niños a partir de los 12 meses
El vínculo con tu bebé nunca es tan fuerte como durante la lactancia. Por eso, desde Humana queremos hacer posible que todas las mujeres puedan dar de lactar. Te ofrecemos consejos acerca de cómo este puede ser un periodo de profunda conexión para los dos, incluso durante las fases más difíciles.
La lactancia no solamente refuerza el vínculo entre madre e hijo, sino que además presenta beneficios para tu salud como madre. Por ejemplo, el útero recupera su tamaño mucho más rápido, caerás enferma con menos frecuencia y notarás que tu estado de ánimo se volverá más estable. A largo plazo, también reduce tu riesgo de desarrollar cáncer de mama u ovario.*
*Fuentes: Abou-Dakn M (2018). Gesundheitliche Auswirkungen des Stillens auf die Mutter. Bundesgesundheitsblatt Gesundheitsforschung Gesundheitsschutz 61 (8), 986–989.
Krol KM et al (2018). Psychological effects of breastfeeding on children and mothers. Bundesgesundheitsblatt Gesundheitsforschung
Gesundheitsschutz 61 (8), 977–985.
La lactancia es una época muy especial tanto para la madre como para el bebé. Estamos a tu lado durante este periodo, dándote consejos útiles y respuestas a tus dudas.
En la práctica, no necesitas nada para dar de lactar salvo a ti misma y a tu bebé. A continuación, encontrarás ciertos consejos útiles con los que podrás hacer que dar el pecho sea más sencillo para ti y para tu pequeño, garantizando siempre que disfrutéis todo lo posible de vuestra lactancia. Para ello, hemos preparado una lista para ayudarte.
Está científicamente demostrado que los niños a quienes se les da el pecho sufren menos infecciones (como diarrea e infecciones del oído medio, por ejemplo) que aquellos a quienes no se les da el pecho*. Esto se debe a que la leche materna contiene multitud de anticuerpos que contribuyen al desarrollo del sistema inmunitario de un bebé recién nacido. Además, el equilibrio de nutrientes en la leche materna se adapta a las necesidades del bebé a medida que este se desarrolla.
Si quieres conocer más información acerca de la leche materna, puedes encontrarla aquí.
*Fuente: Rouw E et al (2018). Bedeutung des Stillens für das Kind. Bundesgesundheitsblatt Gesundheitsforschung Gesundheitsschutz 61 (8), 945–951.
Tu bebé te hará saber lo que necesita. Con el tiempo, aprenderás a reconocer las señales. Deja que tu pequeño tome tanto y tan a menudo como quiera. Especialmente al principio, tu bebé se rige puramente por su sensación de hambre. Probablemente necesitará que le des el pecho cada 2-3 horas. Hasta pasadas las 6-8 semanas, no empezaréis a tener un ritmo regular de cuatro horas.
Como madre, naturalmente quieres garantizar que tu bebé haya tomado lo suficiente para estar saciado y sano. Puesto que la cantidad real de leche que ha tomado es difícil de estimar, puedes estar atenta a las siguientes señales:
Si tienes la impresión de que tu bebé no está satisfecho y de que tu leche materna no es insuficiente, dirígete a tu matrona, asesora de lactancia o profesional sanitario para hablar de cómo puedes satisfacer las necesidades de tu bebé.
La duración de cada toma dependerá del bebé. Siempre que tu bebé esté realmente tomando leche (y no solo succionando para sentirse reconfortado), puedes seguir dándole el pecho. No obstante, al principio, te recomendamos que amamantes con un pecho durante aproximadamente 10 minutos, que pares para que el bebé eche gases y que nuevamente le ofrezcas el mismo pecho hasta vaciarlo, luego pases al otro pecho, haz lo mismo hasta que el bebé esté saciado .
Para prevenir una obstrucción mamaria, deberías comenzar con el pecho izquierdo o con el pecho derecho de manera alterna y asegurarte de que tu bebé vacíe ambos pechos.
Por lo general, aquellas sustancias que se puedan encontrar en tu torrente sanguíneo pueden también pasar a la leche materna (en mayor o menor medida). Por tanto, siempre deberías hablar con tu matrona, ginecólogo o pediatra antes de tomar cualquier medicamento.
No es necesario dejar de practicar deporte mientras des el pecho. Sin embargo, deberías realizar un curso de ejercicios posparto de antemano para fortalecer los músculos de tu suelo pélvico. Pide siempre consejo a tu matrona para saber cuándo estarás lista para un curso posparto de ejercicios para el suelo pélvico.
Al comenzar de nuevo a practicar ejercicio tras haber fortalecido tu suelo pélvico con un curso posparto, ten en cuenta que las hormonas de la lactancia mantienen tu cuerpo en un estado abierto y elástico para que la leche fluya bien. Por tanto, lo más recomendable es evitar deportes como el squash o el tenis, que implican paradas bruscas. La natación, la marcha nórdica, el yoga y montar en bici son más recomendables. Si llevas además un sujetador de lactancia de la talla apropiada, nada te impedirá practicar deporte.
Naturalmente, las madres que dan el pecho pueden descansar de vez en cuando y recibir ayuda con el cuidado del bebé. Te recomendamos sin embargo que veas estas primeras 8 semanas de la vida de tu bebé como un periodo extremadamente especial y valioso tras el nacimiento. Muchas madres continúan con su vida habitual sin interrupción, poniéndose demasiada presión a sí mismas. Se olvidan de que el parto es una increíble manifestación de fuerza tras la cual son necesarios tanto el descanso como el tiempo apropiado para conocer mejor al bebé. Tras esta etapa, nada te impide salir y realizar un curso posparto de ejercitación del suelo pélvico o ir al cine si te apetece. Pregúntale a tu matrona o asesora de lactancia cómo extraerte leche, cómo se almacena y calienta la leche materna y cuánta necesitará tu bebé. El bebé ya sabrá para entonces cómo amamantarse, y un biberón esporádico no será un problema siempre que sea la excepción.
Tu bebé recibe gran parte de tu energía y nutrientes a través de tu leche. Por tanto, una dieta equilibrada sigue siendo muy importante ahora que estáis en periodo de lactancia, para que tú y tu bebé recibáis todos los que necesitáis.
Tu bebé necesita gran cantidad de proteínas para el desarrollo de muchos de los tejidos y órganos de su cuerpo. Es el componente más esencial de nuestras células.
Lo ideal es una mezcla de proteína animal y vegetal. Entre las fuentes recomendables de proteína animal están la leche, el yogur, la cuajada, el queso, el pescado y las carnes magras. Las fuentes de proteína vegetal son, las patatas, los frutos secos y los productos integrales (entre otros alimentos). Una dieta vegetariana no es por lo general un problema, especialmente si consumes lácteos y huevos (es decir, si se trata de una dieta ovolactovegetariana). Te recomendamos que consultes a un nutricionista profesional si consumes una dieta vegana.
Los hidratos de carbono, que influyen en tus niveles de glucosa en sangre junto con las hormonas insulina y glucagón, son una importante fuente de energía.
Si no recibes la suficiente energía, pronto comenzarás a sentirte débil. Lo más importante a la hora de elegir una fuente de energía es su calidad. Los hidratos de carbono complejos, como son los productos integrales, las verduras, las patatas y la fruta, liberan gradualmente la energía porque la mayoría de ellos contienen también fibra, y te ayudan a sentirte saciada durante más tiempo. En cambio, los alimentos azucarados promueven la sensación de hambre y el ansia por consumir más.
Las grasas son importantes para el desarrollo de tu bebé porque favorecen su crecimiento.
La ingesta diaria de grasa (de hasta 80 g) sustenta la alimentación del bebé, así como a la función de ciertas vitaminas que solo pueden ser absorbidas por el cuerpo mediante su unión a las moléculas de grasa. Las grasas ideales son vegetales y de alta calidad (como, por ejemplo, los aceites de colza y oliva), así como algunos frutos secos (como, por ejemplo, las nueces). Te aconsejamos sin embargo que tengas cuidado con los alimentos que tienen un gran contenido en grasa tales como algunos embutidos, patatas fritas, mayonesa, salsas, tartas, etc.
*Fuente: DGE, DACH-Referenzwerte für die Nährstoffzufuhr, 2. Auflage, 5. aktualisierte Ausgabe 2019
Multitud de procesos importantes del cuerpo se accionan gracias a las vitaminas. Con una dieta equilibrada, por lo normal no tendrás ningún déficit incluso si estás dando el pecho.
Las fuentes de vitaminas más importantes son la fruta, las verduras y los lácteos. Para disponer de todas las vitaminas en su justa cantidad, te recomendamos que compres frutas y verduras frescas o congeladas, y que las consumas principalmente crudas o cocinadas al vapor. Las verduras de hoja verde contienen, entre otras vitaminas, el tan importante ácido fólico.
Los micronutrientes solo son necesarios en cantidades pequeñas. Con algunas excepciones, recibirás la suficiente cantidad de los mismos con tus comidas diarias si tu dieta es equilibrada. Las siguientes sustancias juegan un papel importante
Se trata de minerales muy importantes para el desarrollo y conservación de los dientes y huesos, tanto para los tuyos como para los de tu bebé. Las fuentes más recomendables de los mismos son la leche y otros lácteos.
Este mineral regula el equilibrio hídrico o, más concretamente, la eliminación de agua por parte de los tejidos. Los plátanos y los albaricoques (frescos o deshidratados) son fuentes ideales de potasio. Si notas una hinchazón evidente en brazos y piernas debes hablar inmediatamente con tu médico.
Sin hierro, sufrirías de un grave déficit en sangre. El hierro es el responsable de la creación de hemoglobina (Hb), el pigmento rojo de las células sanguíneas. Su función es transportar el oxígeno desde los pulmones, pasando por las arterias, a todas las células del organismo. Las mejores fuentes de hierro son la carne, los frutos secos, el pan integral, la col rizada, los copos de avena, entre otros. La vitamina C favorece la absorción del hierro de procedencia vegetal. Esta combinación es particularmente importante como parte de una dieta vegetariana.
Tu bebé necesita este nutriente para su desarrollo mental. Durante la lactancia, el yodo que el organismo pierde a través de la leche materna debe reponerse. Además de sal yodada, te recomendamos (tras consultar con tu médico) que consumas suplementos en forma de comprimidos de yodo (100 µg de yodo al día).*
*Fuente: DGE, DACH-Referenzwerte für die Nährstoffzufuhr, 2. Auflage, 5. aktualisierte Ausgabe 2019.
Transmites gran cantidad de tu propia energía y nutrientes a tu bebé a través de tu leche materna. Por tanto, durante la lactancia necesitarás más nutrientes que cualquier otra mujer. Sin duda, la lactancia pone a trabajar al cuerpo. Si solamente das el pecho, necesitarás 500 calorías más cada día para producir la suficiente leche materna. Una dieta equilibrada es especialmente importante durante esta época. Sin embargo, no es necesario que modifiques tu dieta. Basta con tener en cuenta las siguientes normas básicas que también fueron importantes durante tu embarazo:
5 o 6 comidas pequeñas al día son más recomendables que 3 de gran tamaño. Debes consumir proteína varias veces al día y, por supuesto, también fruta y verdura fresca, productos integrales y patatas.
Mientras estés dando el pecho en exclusiva, necesitarás 500 calorías adicionales al día. Tu cuerpo cubre parte de tus necesidades energéticas recurriendo a los depósitos de grasa que has acumulado durante el embarazo. El resto procede de los alimentos adicionales. No obstante, asegúrate de recurrir principalmente a productos ricos en nutrientes, aunque su aporte calórico sea escaso. Esto debe ser así porque, mientras das el pecho, tu necesidad de nutrientes aumenta mucho más que tu necesidad de energía.
No es necesaria una dieta especial mientras des el pecho. Puedes comer lo que te apetezca. No obstante, debes evitar por completo el consumo de alcohol.
Es importante que consumas una dieta saludable y de calidad para que tu cuerpo pueda recuperarse lo antes posible del esfuerzo del embarazo y el parto. Te ayudará además a hacer frente a la pérdida de reservas que se produce durante el periodo de lactancia. A continuación te mostramos varios consejos sobre cómo optimizar tu dieta de cara a la lactancia:
Te recomendamos que hables con tu matrona o profesinal sanitario para que elaboréis entre las dos una dieta adecuada para tu lactancia. Además, podrá proporcionarte valiosos consejos acerca de qué alimentos son más favorables para la lactancia.
*Fuente: DGE DACH-Referenzwerte für Nährstoffzufuhr, 2. Auflage, 1. Ausgabe 2015.
Una dieta saludable y de calidad es también importante durante la lactancia. La pirámide de nutrición ofrece una referencia útil acerca de la composición óptima y de la planificación diaria de tus comidas:
Durante la lactancia, tu necesidad de líquidos aumenta. Antes de cada toma del bebé, ponte un vaso de agua, zumo natural o té sin azúcar y bebe tanto como te pida el cuerpo.
No fumes ni bebas alcohol mientras das el pecho. Abstente también de hacer dieta para perder peso. Tu cuerpo necesita toda la energía de la que dispongas para la producción de leche. En cuanto a la medicación, debes consultar siempre con tu médico. No es necesario abstenerse por prevención de consumir alimentos tales como verduras crucíferas o pescado. De hecho, los pescados azules tales como el salmón, la caballa, el arenque o el atún son una valiosa fuente de ácidos grasos omega-3.
Si tienes alguna pregunta relacionada con nuestros productos contacta con nosotros, estaremos encantados de ayudarte y aconsejarte.